Reflexión sobre un cuerpo especular

La sociedad en la que vivimos se encuentra inmersa constantemente a la visión publicitaria, una publicidad que carece de verdad, a base de photoshop y demás, nos muestran imágenes que se quedan reflejadas inconscientemente en nuestras mentes.

La vida de muchas de las personas que no se sienten a gusto con su cuerpo se basa en dietas, practicar deporte al máximo, no en busca de un estado catártico, sino más bien, buscando el cuerpo escultural deseado y que nunca llegan a alcanzar a pesar de los esfuerzos y las agonias, ya que todo ello conduce a un estado de depresión constante que se ve reflejado cada mañana junto al espejo. Otras buscan acercarse a la perfección, sin ni siquiera llegar a rozarla, a golpe de bisturí.

Diariamente aparecen casos nuevos de trastornos alimenticios, y todo ello es provocado por una sociedad que insiste en hacer culto al cuerpo, buscando una belleza exterior  perfecta que nunca llegarán a tocar.

El caso de los hombres es especial. En la madurez, las canas y un poco de barriga todavía resulta atractivo en un hombre, no obstante, la mujer trata irremediablemente de disimular cualquier colgajo de piel que se va desprendiendo con el paso de los años.

Sin embargo, la mujer, para sentirse bien, ha de seguir una dieta estrepitosa a la par que monótona. Pienso que ese estilo de vida debe ser agonioso. Todos los días comer los mismos alimentos (algunas). La verdad, muy triste, y todo por perder unos kilitos de más que tampoco van a poner en peligro seriamente su salud.

La verdadera belleza está en el interior, no en el envoltorio. La mejor manera de ser feliz es quererse a uno mismo, con sus defectos y sus virtudes, asumiendo que el paso de los años irá provocando una degeneración de todos los órganos de nuestro cuerpo, incluyendo el más extenso, la piel.

Para llevar la madurez de una mejor forma, es imprescindible una dieta sana y equilibrada, llevar un estilo de vida saludable evitando el alcohol, entre otros vicios nocivos para la salud y que no falte, por supuesto, una hora de ejercicio físico todos los días.