Tu cuerpo entero, de extremo a extremo del ala, no es más que tu propio pensamiento, en una forma que puedes ver. Rompe las cadenas de tu pensamiento, y romperás también las cadenas de tu cuerpo. By Richard Bach en "Juan Salvador Gaviota".



lunes, 3 de diciembre de 2012

¿Qué me ha supuesto leer Mal de escuela?

Un gran libro sí señor. Te ayuda a ver la educación con otros ojos. Te enseña a ver que nos encontramos inmersos en un sistema educativo en el que lo único que prima es tu calificación final. El cómo se nos obliga a aprender de memoria una serie de conocimientos que posteriormente vomitaremos sobre un papel, sin tener en cuenta si realmente hemos aprendido la lección impartida. Un alumno puede perfectamente comprender la materia y sin embargo, llegar el día del examen y quedarse en blanco. Es un gran tropiezo en el que muchos caemos y puede llegar a afectarte de mal manera que sientas que no estás diseñado para estudiar si no creado y producido para un inevitable fracaso escolar.
Resulta inevitable hacer incapié en el “zoquetismo”. Pennac era un absoluto zoquete durante su infancia. No comprendía los contenidos impartidos por los docentes y ello le conducía a un estado de frustración innegable que provocaba en él la pérdida del interés por aprender en la escuela. Hace mención a cómo según quien imparta la materia y el cómo lo haga puede condicionar tu interés académico por las asignaturas. Hasta que llegó al internado, Pennac no era consciente de su gran potencia intelectual y es que resulta que en el pasado, sus maestros no eran capaces de sacar “lo mejor” de lo “peor”. Éstos tan sólo se limitaban a entrar en el aula, impartir una materia “a toda máquina” y posteriormente retirarse al aula de al lado para continuar con el mismo proceso en el resto de cursos. A los maestros no les importaba demasiado el hecho de que un alumno pueda aprender la materia y otro no. Daban lecciones de lo mismo para todos y de la misma forma sin querer darse cuenta de que hay alumnos que tienen una mayor dificultad para comprender un concepto, una operación matemática, etc. Muchos de éstos alumnos “fracasados” para los maestros, se sienten como Pennac, es decir, poco inteligentes. Se les cuelga una etiqueta de “tontos” y ellos automáticamente se dejan envolver en un abismo intelectual del que muchos nunca llegan a salir. Éstos niños no son zopencos, simplemente no se ha sabido sacar lo mejor de ellos. Son niños desaprovechados, niños que pueden caer fácilmente en una exclusión social provocada por este fenómeno llamado fracaso escolar. Éstos deben ser detectados precozmente para con posterioridad poder ser estimulados para fomentar su interés por las materias. No podemos dejar que niños como Pennac vivan su infancia con semejante agonía. Hay que ayudarles a aprender por otras vías, todas las que sean posibles, pero hay que ayudarles porque este proceso de enseñanza-aprendizaje es lo que condicionará su futuro para bien o para mal. El juego por ejemplo es muy educativo  y Pennac lo defiende en su libro. Es preciso cambiar ésta enseñanza tradicional y abrir paso a otra que nos ayude a saber desenvolvernos productivamente en el mundo laboral.
Aunque suene a típico hablar de la historia de Maximilien, deseo hacerlo. Para mí el autor obró de una manera inmoral, aunque tenía su parte de razón, pero aún así, no empatizo con su manera de actuar. Está claro que el joven tuvo muy poca educación a la hora de pedirle fuego, por no decir ninguna, ya que éstas no son formas, pero tampoco es motivo para negarle ayuda a alguien que lo necesita. Maximilien, después del pequeño incidente le pidió ayuda a Pennac para redactar un texto, éste se la negó y posteriormente le dio una charla sobre los buenos modales a utilizar en el momento de pedir ayuda. Pennac debió haberle ayudado y luego echado la charla. Quiero dejar expuesta una clara comparación sobre el suceso: “es como si un inepto se introduce dentro del mar con bandeja roja y se encuentra en una fase de ahogamiento ,el socorrista se percata de la situación que está sufriendo el inconsciente y en vez de actuar se queda de brazos cruzados”. No!!!!!  Primero sálvale del apuro, y luego, le echas la charla...Si sus antiguos maestros hubieran actuado todos de la misma forma en la que lo ha hecho Pennac, a día de hoy éste nunca hubiera llegado a ser lo que es hoy, un antiguo zoquete.
Para finalizar, me gustaría comentar que yo me he llegado a sentir zoqueta en cuestiones académicas en numerosas ocasiones. De hecho, creo que a todo el mundo le ha pasado alguna vez que no ha llegado a comprender algún concepto de una materia concreta, un texto, etc. Creo que es algo totalmente humano y que debe estar lejos del desprecio propio por no llegar a comprender. La universidad, es el gran salto hacia la creencia del zoquetismo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario